miércoles, 28 de junio de 2017

¿SEREMOS CAPACES DE “VER”?

¿Seremos capaces de “ver”?

Popayán, 28 de junio de 2017

Un vagabundo –sin proponérselo– genera una fantasía en una joven ciega. Ella imagina que él es un hombre rico y generoso. La muchacha vende rosas en la calle para sobrevivir. Dulce e ingenuamente el vagabundo se enamora de ella. No sólo hace el esfuerzo de comprarle de vez en cuando una rosa sino que roba dinero para pagar la operación de la invidente. El hombre paga varios años de cárcel por su delito y la joven recobra la vista. Un día, después de recuperar su libertad, el vagabundo la encuentra administrando una elegante floristería. Desde afuera del almacén, a través de un ventanal, la observa con amor y complacencia. La doncella vive esperando a su ‘príncipe encantado’ que la ayudó en el pasado; no imagina que ese pobretón pudiera ser su benefactor. Dada su anterior ceguera, sólo podría reconocerlo por la voz y el contacto físico. Al final de la película, ella le da una moneda al vagabundo. En ese preciso momento, cuando sus manos se encuentran, lo reconoce por el contacto. Se pone nerviosa pero de inmediato se controla y le pregunta: ‘¿Tú?’ El vagabundo afirma con un gesto y señalando sus propios ojos le pregunta: ‘¿Puedes ver ahora?’ La muchacha contesta: ‘Sí, ahora puedo ver’. Entonces, inmediatamente la cámara muestra la cara del vagabundo, sus ojos llenos de temor y esperanza, sonriendo con timidez esperando la reacción de la joven. Está a la expectativa, satisfecho y, al mismo tiempo, inseguro al encontrarse totalmente expuesto ante la muchacha. Allí termina la película. (“Luces de la ciudad”, película de Charles Chaplin).

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En Colombia, al terminar el conflicto armado con las FARC, tanto la guerrilla como los guerreristas, los corruptos, los políticos de todos los colores y sigla, todos y todas, vamos a quedar expuestos frente a nuestra realidad, sin nubarrones que obnubilen la visión.

¿Seremos capaces de “ver”? Podremos quitarnos las caretas y/o superar nuestras cegueras?

Algunos tratarán de mantener la ilusión y la fantasía. Otros intentarán sostener la imagen de poder propio (o del “enemigo”) para meter miedo o mantener la ilusión. Unos más, no podrán quitarse las máscaras y querrán usar el engaño.

Todo dependerá de la capacidad que tengamos de “ver”. He ahí el verdadero reto.   

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

lunes, 26 de junio de 2017

EL CHISTE Y LA CAÍDA DEL PROCESO DE PAZ

EL CHISTE Y LA CAÍDA DEL PROCESO DE PAZ

¿“Qué puede seguir a un chiste tan excelente? Sólo una caída, un colapso en la pura vulgaridad…”

Jacques Lacan

Mirado en perspectiva el llamado proceso de paz colombiano es un chiste; es una broma que llevada al extremo se parece a una “caída” estrepitosa. Lo que ocurrió el pasado 2 de octubre, si no llevara implícito el respeto a las víctimas, sería risible. Un gobierno y una guerrilla apoyados por la ONU, el Papa, Obama, todos los partidos políticos a excepción del Centro Democrático, con todo el aparato estatal, alcaldes y gobernadores, no pudieron ganar el Plebiscito. Solo consiguieron el apoyo de 17,5% de los electores.  

Lo ridículo fueron las celebraciones por adelantado que contrastaron con la derrota. Pero lo peor es que después no rectificaron, ni de conjunto ni por aparte. Y siguieron por la misma senda provocando reacciones de escepticismo e incredulidad. Después de firmar los acuerdos reformados pero no consensuados, la continuidad fue otro fiasco. En vez de aclararse el panorama y generar esperanzas, lo que envían son señales de enredo, confusión, incumplimiento, deslealtad, inconsecuencia, no-transparencia, legalismo, incompetencia, debilidad e incoherencia, creando sensación de cansancio e impotencia.

Santos hace elegir a un Fiscal que es un torpedo para el proceso; éste actúa bajo la tutela de Luis Carlos Sarmiento Angulo y de Vargas Lleras, que siempre se mantuvo a distancia. Y ahora, el ex-vicepresidente, liberado de su cargo conspira para que Cambio Radical se aleje cada vez más del gobierno. Además, el presidente nombra magistrados que entraban el cumplimiento legislativo y legal de los acuerdos. Igual, con el incumplimiento a las FARC y al movimiento social, con su incompetencia, demagogia y politiquería, Santos se convierte en un estorbo para el proceso de paz. Se pone zancadillas y tropieza con sus propias trampas;  más que burlesco se vuelve sospechoso.

Lo que viene sucediendo es una caída de todo el establecimiento oficial. Allí caen desde Santos hasta Uribe incluyendo a todos los partidos políticos, a las mismas FARC, e incluso al ELN, que aparentemente está por fuera de esa lógica pero que en la práctica está dentro de la misma dinámica, sea con mesa o sin mesa. Nadie se salva porque juegan a hacer creer que sin cambios sustanciales en la vida política, económica, social, cultural y espiritual del país, va a haber paz. La gente sabe que por ahora eso es una ilusión y prefiere que le digan la verdad. Y esa verdad es que por ahora estamos en la fase de superar la guerra, que debería hacerse con sobriedad, discreción y mesura, sin tanto aspaviento, sin generar tantas expectativas, con pasos prácticos y sencillos.

Hasta la delegación de la ONU ha perdido la aureola de imparcialidad y seriedad que debe tener. Ahora, el gobierno y las FARC esperan la visita del Papa Francisco para darle respiración artificial a un proceso de paz que no entusiasma ni genera pasión. El problema es que no se actúa con sentido de autoridad, grandeza y generosidad, que legitime en serio ese proceso y logre sensibilizar a la población para construir una verdadera reconciliación. Todos piensan solo en las elecciones de 2018, en el “Poder” y en aplastar al otro. Por eso, el pueblo y la sociedad no les cree. A ninguno... ¡a nadie!     

La desgracia es que no aparece una fuerza política que con su propio ejemplo muestre un nuevo camino. Que haga ver las cosas como son. Que denuncie la farsa completa; que les quite la careta a los payasos y desnude a los malabaristas del circo. Que descubra las apariencias de paz cuando lo que se alimenta es una nueva guerra, que ya empezó con el asesinato de líderes, dirigentes populares y guerrilleros desmovilizados. Que desenmascare un proceso que no pasa de ser un desarme con nombre de “paz simple y pura”, “paz neoliberal”, o “paz imperfecta” como cínicamente la llama Santos. “Paz” que para lo único que sirve es para alimentar nuevos odios y resentimientos.    

Ante el desplome de la credibilidad del gobierno y de sus aliados, la caída de Uribe es todavía más estrepitosa. Trata de aprovechar la incoherencia del gobierno para montar una campaña de falsedades basadas en el miedo al “castro-chavismo”. En su desespero y ansias de poder, pasa de ser un supuesto opositor a la oligarquía bogotana a ser un aliado de Pastrana, un oligarca que representa las fuerzas más retrógradas de la sociedad. Aunque se muestra como el gran defensor de la “patria”, no duda en poner sus intereses por encima de la nación y hace lo mismo que le cuestionaba a sus opositores de izquierda: hablar mal del país en foros internacionales. ¡Qué falsedad y qué caída!

Nos falta en Colombia una fuerza política que se salga de toda práctica cortesana y de la polarización existente. Que con toda claridad se aleje de la lógica guerrerista de Uribe pero también del pacifismo demagógico de Santos. Que con valentía le llame la atención a las FARC para que terminen de desmovilizarse sin hacerle el juego a un establecimiento absolutamente hipócrita y faltón. Que confíen en la sociedad y con humildad se pongan en las manos de un Comité de Salvación Nacional que sea conformado por organizaciones civiles y de jóvenes que no tengan nada que ver con sus bases sociales campesinas, y que incluya a delegados de la oposición y del uribismo.

Que rompan relaciones con Santos pero sin enfrentarse con la sociedad. Que se alejen de la falsedad del gobierno pero no amenacen con volverse al monte. Que confíen en la sabiduría popular para elegir un gobierno que se coloque la tarea de cumplir con los acuerdos por encima de mezquindades y rencores. Un gobierno que con seriedad le de continuidad a ese proceso pero sin tanta demagogia, haciendo ver que los compromisos adquiridos son limitados a beneficiar a sectores campesinos específicos y a darle garantía a los desmovilizados para que se reintegren a la vida social y legal. ¡Nada más!

Un gobierno que haga entender a toda la población que los cambios que requiere la Nación, como recuperar la economía y el aparato productivo, generar empleo, defender el medio ambiente, garantizar calidad y universalidad en los servicios de salud y educación, etc., deben ser acordados y aprobados por la sociedad en general en un proceso democrático, moderado y tranquilo, en donde se construya la paz ante todo entre las fuerzas sociales y políticas hoy crispadas por la desinformación del gobierno, la falsedad intrigante del uribismo y el triunfalismo de las FARC.

Es la única manera de soltar la tensión y reírnos a carcajadas entre todos del chiste malo;  convertir el triste circo en una alegre fiesta democrática que nos cambie a todos; y así, transformar la “caída” en un salto cualitativo y hacia adelante.


E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ ferdorado   

lunes, 19 de junio de 2017

¿CÓMO DERROTAR LAS MENTIRAS DE URIBE?

¿CÓMO DERROTAR LAS MENTIRAS DE URIBE?

Popayán, 19 de junio de 2017

“El pensamiento no va a superar el miedo sino la voluntad de acción”.

W. C. Stone

De cara a las elecciones de 2018, el principal objetivo de Uribe es hacer creer que las FARC se van a tomar el poder en Colombia; ya sea en forma directa o indirecta, con sus aliados “santistas”, liberales, de izquierda u otros. Dentro de esa lógica, tratará de convencer a la gente que las FARC no han desmovilizado ni la cuarta parte del total de sus integrantes, y que no van a entregar todas las armas ni los capitales que han acumulado del narcotráfico y de la minería ilegal. Cuenta con la ayuda del Fiscal para generar serias dudas, como ya lo hace (http://bit.ly/2s7WHwI). Además, viene posicionando la idea de que el gobierno y la ONU son cómplices y alcahuetas, y que la insurgencia tienen un fuerte apoyo de los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Así mismo, Uribe plantea que los 120 billones de pesos que el gobierno ha comprometido para los próximos 15 años son para “mantener a los bandidos”, que según él y su partido, son “zánganos” que no saben trabajar. Que todo ello hace parte de la estrategia del “castro-chavismo” para tomarse el poder y traerá graves consecuencias para la nación. Que si no hay recursos para la educación y la salud es porque se les está entregando todo a los guerrilleros y a sus milicianos “infiltrados” en campos y ciudades. Y, asegura que la guerrilla y sus aliados van a convertir a Colombia en lo que hoy es Venezuela. Por eso, desde su punto de vista hay que elegir un presidente en 2018 que “haga trizas los acuerdos” e impida esa catástrofe.

Para hacer creíbles esas mentiras, Uribe tiene un poderoso aparato de propaganda y múltiples redes sociales que maneja con eficacia comprobada. Pero también tiene a su favor, como se demostró el pasado 2 de octubre de 2016, la desconfianza e incredulidad de un gobierno que utiliza el tema de la paz para intentar tapar una realidad de corrupción e ineficiencia, de entrega de nuestras riquezas al gran capital, de debilidad e inconsecuencia frente a Uribe, de incumplimiento de acuerdos a las comunidades movilizadas, y un manejo torpe y demagógico del mismo proceso de paz. Además, la guerrilla –a pesar de los serios esfuerzos que hace por mostrar su decisión de dejar las armas y cumplir los acuerdos– mantiene una matriz “triunfalista” que refuerza, sin querer, la campaña de mentiras uribistas. Se llama “retroalimentación funcional”.      

Esa situación es –en sí misma– una paradoja. Es evidente que entre más promesas haga Santos con el tema de la paz, más refuerza la posición de Uribe. En esa dinámica, entre más fuerza política muestren las FARC, entre más exijan y más se quejen de los incumplimientos del gobierno, más temor generan entre quienes le creen a Uribe. Le ayudan a convencer a más gente que hay que derrotar ese tipo de paz y los acuerdos que la sustentan. Fue lo que ocurrió en la campaña del Plebiscito. Y todo indica que pueden repetir su “triunfo”. Además, Uribe utilizará, otra vez, falsedades relacionadas con la religión, la defensa de la familia, la propiedad privada y las buenas costumbres. El desprestigio del gobierno refuerza el engaño y hace que enfrentar esa paradoja sea una tarea muy difícil para quienes son conscientes de la “trampa”.  

De tal manera que para derrotar a Uribe (y a Vargas Lleras, que ya tiene una estrategia apropiada para el momento, que se basa en la promesa de autoridad y “mano dura”,  eficiencia e inversión en infraestructura; carreteras y vivienda), hay que salirse de ese núcleo “Real” que está implantado en el inconsciente de una parte de los colombianos que buscan, por un lado, un Mal (la causa de todos sus desgracias) y, por el otro, un Bien (un supremo salvador que los “libre del diablo”). Caer en el juego de pretender derrotar la fantasía con la Razón, lo único que logra es reforzar la mentira. Es precisamente la característica particular de las paradojas.    

Se hace necesario y urgente, que las fuerzas políticas que se han planteado construir una “alianza anti-corrupción” y un amplio e independiente “movimiento ciudadano”, aceleren su proceso de unificación y se tracen una estrategia diferente, inteligente y creativa, dirigida a disputar el voto de opinión entre las clases medias de ciudades grandes e intermedias, que son los sectores que pueden entender con facilidad la necesidad de superar la polarización entre Uribe y Santos, entre “la guerra y la paz”. Esa  unión por encima de siglas y partidos, es el verdadero “acto de magia”, la “sinrazón” que rompe la paradoja y desata lo nuevo y transformador.

Por otro lado, de acuerdo a las circunstancias descritas, ese movimiento debe estar encabezado por personas que no tengan la más mínima cercanía al gobierno de Santos o a la insurgencia. Igual, se hace necesario posicionar otros temas diferentes al cumplimiento de los acuerdos (sin negarlos pero haciendo una verdadera pedagogía sobre sus alcances, sin demagogia ni politiquería). A la lucha contra la corrupción política-administrativa hay que agregarle propuestas como la generación de empleo digno y formal, la recuperación y desarrollo del aparato productivo, la defensa integral del medio ambiente, el cambio estructural de los sistemas de salud y educación sin caer en fórmulas paternalistas y/o asistencialistas, y otras iniciativas de ese tenor.

Un movimiento ciudadano con un programa y una estrategia “no polarizante”, es el único capaz de derrotar a Uribe y a Vargas Lleras en las elecciones de 2018.

Colofón: La “coalición por la paz ‘santista’” no tiene ninguna posibilidad de competir por la presidencia de la República. Los liberales, conservadores y la “U”, están divididos y la mayoría de sus parlamentarios –presionados por el “partido de los contratistas”–, serán forzados a apoyar a Vargas Lleras. Hay muchas señales de ello.   


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sábado, 17 de junio de 2017

VENEZUELA: ¿AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS?

VENEZUELA: ¿AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS?

Popayán, 17 de junio de 2017 

“La verdad surge del falso reconocimiento”

(Lacan-Zizek)

El machismo sale a relucir

El aparato estatal venezolano se fractura. Muestra fisuras que de convertirse en grietas abrirían boquetes por donde la estructura institucional se puede derrumbar. La Fiscal General Luisa Ortega se ratificó en su oposición a la Asamblea Nacional Constituyente. No sirvieron las reacciones de reconocidos dirigentes del PSUV que la declaran “insana mental” (diputado Carreño), amenazan destituirla al otro día de instalada la Constituyente (diputado Cabello), o la atacan como indigna (vicepresidente Tarek El Aissami). Insultos similares, tildándola de traidora y “salta-talanquera”, van y vienen por los medios y redes sociales. El machismo sale a relucir.

No obstante, ella pasó a la ofensiva. Denunció por viciada la elección de magistrados y suplentes del TSJ en diciembre pasado. El Defensor del Pueblo, Tarek William Saab, trató de descalificar la acción de la funcionaria judicial pero, la ex-defensora, Gabriela Ramírez (http://bit.ly/2rpyxu5) y la ex–secretaria del Consejo Moral, María José Marcano, respaldaron a la Fiscal. El mayor general Alexis López Ramírez renunció a la Secretaría del Consejo de Defensa de la Nación por no estar de acuerdo con la Constituyente y numerosos ex-ministros de Chávez han reafirmado su oposición a esa iniciativa del gobierno. El ambiente está tenso.

Las dos caras: política y derecho

En otro país y momento, tales hechos serían simples confrontaciones entre funcionarios de alta dignidad. No obstante, en este instante en que el gobierno acusa a la derecha y al imperio estadounidense de orquestar un golpe de Estado, las acciones de la Fiscal General son inusitadas. Que la principal autoridad de la justicia venezolana ponga en duda la legitimidad del Tribunal Supremo de Justicia, que cuestione la principal carta del presidente Maduro dirigida a superar la crisis política actual, y que, con ello, legitime las protestas pacíficas y violentas que encabeza la oposición, es un acontecimiento insólito, asombroso y extraño.

Sin embargo, la Fiscal ha sido coherente. Sus antecedentes le otorgan credibilidad política. No solo se declara chavista y defensora de la Constitución sino que semanas atrás logró reversar las resoluciones 155 y 156 del TSJ, obligando al gobierno a convocar el Consejo de Defensa para “resolver diferencias entre poderes” (http://bit.ly/2nTJ7L3). Que se atreva a retar el establecimiento oficial, siendo la esposa de un diputado chavista (Germán Ferrer), que conoce por dentro el poder bolivariano y, por tanto, de seguro preveía las retaliaciones en curso, dejan ver que se apoya en fuerzas poderosas y subterráneas que están por aflorar. Si no fuera así, sería una suicida o una “loca de atar”. Para rematar, el diputado Carreño ha pedido enjuiciarla e “impedir su salida del país”, acción que intenta aislarla de las bases sociales bolivarianas.  

La MUD vocifera

Lo que se observa es que la MUD tratará de aprovechar ese tipo de fisuras pero no tiene el apoyo popular para forzar la caída del gobierno de Maduro. El odio y espíritu de venganza mostrado por sectores de la oposición es su principal obstáculo para influir en amplios sectores populares que tienen mucho que agradecer al proceso chavista. Empero, una parte importante del establecimiento militar y oficial no comprometido con graves delitos puede alinearse con una salida que se plantee construir un ambiente de concertación que garantice mínimas condiciones para restablecer la institucionalidad. La meta sería dar un margen para la reorganización de las estropeadas fuerzas políticas, construir reglas de juego para retomar el rumbo e intentar encontrar soluciones inmediatas a los problemas de abastecimiento de medicinas y alimentos, la híper-inflación y otras urgencias que afectan al pueblo.

Todo apunta a que el nudo está por desatarse. Movilizar a las mayorías alrededor de la Constituyente es una tarea imposible en las actuales circunstancias por cuanto se “ha fracturado al chavismo”, como afirmó el diputado Ferrer (http://bit.ly/2tqnUYL). La salida no será la que quiere la oposición pero tampoco la que desea el núcleo duro del gobierno. Las grietas son un síntoma de que el cuerpo bolivariano ansía respirar y que existen reservas democráticas que están esperando el momento para actuar con moderación y firmeza. ¡Mientras haya vida hay esperanza! 

La crisis del análisis geopolítico dicotómico y dogmático–.

La crisis del análisis geopolítico tradicional tiene en América Latina un referente en el proceso venezolano. Ese tipo de enfoques desconoce o minimiza la importancia de la lucha de clases y sobredimensiona los intereses “nacionales” de los capitalistas, reduciendo el análisis a la confrontación entre los bloques imperiales. Es una herencia de la “guerra fría” y de una lectura rígida de la teoría de los “tres mundos”. “Identificar el enemigo principal” es la práctica tradicional de esa lógica. En Latinoamérica tal planteamiento parte de afirmar que el “imperialismo norteamericano” es el enemigo principal y, por tanto, las demás potencias globales (Rusia, China), así sean capitalistas, son percibidas como aliadas incondicionales.    

La línea conceptual inicial de Chávez era correcta. Construir un gran bloque latinoamericano, la “Patria Grande” con la que soñó Simón Bolívar, para impedir que las grandes potencias y la burguesía financiera transnacional continuaran explotando nuestras riquezas naturales y nos siguieran limitando a ser básicamente exportadores de materias primas, o sea, a vivir del rentismo estructural petrolero. Era y es, la tarea central de nuestros pueblos. Sin embargo, esa meta requiere de una teoría y una estrategia acertada, que corresponda a la realidad de la lucha de clases y del entorno mundial. Hoy esa lucha es mucho más compleja.

La lección de Bolívar

Ya se tenía el antecedente de Bolívar como lección. Las castas dominantes coloniales e imperiales de entonces, intervinieron contra ese objetivo independentista y abortaron la constitución de la Gran Colombia. Sabíamos que esas castas no han cambiado y que el único soporte cierto para lograr esa meta eran los pueblos, los trabajadores, los campesinos, los oprimidos y excluidos de siempre. Porque ahora no solo nos enfrentamos a un imperio (el estadounidense), el reto es mucho mayor. Existe un entramado global, el gran capital ha construido una arquitectura financiera que involucra a los capitalistas de todo el mundo. La lucha por la ganancia es global, regional, nacional y local; los Estados están subsumidos por conglomerados capitalistas supra-nacionales; la más avanzada explotación del trabajo (virtual, cibernética, cognitiva) se combina con nuevas formas sofisticadas y ordinarias de despojo (guerras, saqueos, financiarización, extorsión monetaria y crediticia, etc.); la guerra asume formas de control comunicacional, informático y mediático en donde los intereses globales del capital son camuflados de mil maneras. Por ello, el simple análisis geopolítico no basta.

¿Qué ocurrió? Hubo mucha idealización. Los capitalistas no ideologizan los negocios como lo hacen algunas izquierdas que parece que vivieran todavía en los tiempos de la “guerra fría”. Las burguesías brasileña, argentina y uruguaya utilizaron los esfuerzos de Chávez para negociar en mejores condiciones con el gran capital[1], pero no estaban dispuestas a ir más allá. Por eso sabotearon el Banco del Sur, la idea de una moneda propia y el Canal Telesur. Les incomodaba la retórica anti-imperialista y “socialista” del Comandante, y nunca fueron más allá de mejorar algunos aspectos comerciales y de infraestructura que ya estaban diseñados en el Plan IRSA. Y esperaron la destorcida.

Además, Chávez fue presa también del análisis geopolítico de tipo dicotómico. Por ello se colocó del lado de Mubarak y Gadafi, quedando prisionero de un juego en el que las potencias globales tenían enormes intereses. Su aureola revolucionaria mundial y su “socialismo democrático”, se vieron desmejorados frente a los pueblos árabes y europeos que conocían al detalle las incoherencias en que habían caído los gobernantes autócratas egipcio y libio. Y por ese rumbo “anti-imperialista” –más retórico que real–, el proyecto de integración regional se difuminó, no pasó del sueño, no prendió a fondo entre las masas, nunca nació de verdad, se quedó en la idea. Venezuela subsidió a Petrocaribe, al ALBA y otras alianzas, pero con la caída de los precios internacionales del crudo, la integración basada en la solidaridad no es sostenible. “Mucho ruido y pocas nueces” diría un sencillo campesino.

Hoy los imperios están de vuelta. En Venezuela nunca van intervenir militarmente en forma directa porque no lo necesitan. Usan a la oposición golpista para debilitar al gobierno y someterlo sin mayores desgastes. Las nacionalizaciones y estatizaciones fueron asimiladas por el gran capital y ahora están a la ofensiva en todos los campos (extracción de riqueza con base en el control monetario y de importaciones, deuda externa, retoma de posiciones en la Franja del Orinoco y el Arco Minero, etc.). Y las burguesías transnacionales de origen latinoamericano juegan a lo mismo. En toda la región usan economías ilegales, se apoyan en burguesías emergentes que manipulan de diversas formas, mafias de diverso tipo, agiotistas ilegales, contrabandistas y bachaqueros, poderes locales, delincuencias de toda clase dentro y fuera del Estado. México y Colombia son prototipos. Sus Estados son marginales, los bancos lo determinan todo. Un caos instrumentalizado. Estados fallidos y guerras inconclusas.

Ir más allá del apoyo incondicional o de la crítica descontextualizada 

El esfuerzo del pueblo venezolano alentado y dirigido por Chávez, con aciertos y errores, debe ser evaluado en su verdadera dimensión. No se trata de tapar los errores para “no hacerle el juego al enemigo” pero tampoco de desconocer un proceso acosado por fuerzas globales que utilizan “todas las formas de lucha” para derrotar a quienes se salen de su control. En vez de identificar las causas de que los imperios tengan arrodillado al gobierno, un sector de la izquierda apoya acríticamente a Maduro, y el otro, le exige políticas “democráticas” que ya no puede aplicar  aunque quisiera. Ambas posiciones –pienso– son unilaterales y responden a la misma matriz analítica.

Casi todos reivindican a Chávez y culpan a Maduro, aunque empiezan a aparecer posiciones que intentan identificar las limitaciones de todo el “proceso de cambio”. Se subraya la dependencia e incapacidad para superar el modelo rentista, la aplicación de políticas extractivistas y el errado manejo monetario, la creciente cesión y entrega al gran capital de importantes recursos naturales fruto de la debilidad política, la senda bonapartista que transita el actual “chavismo”, la burocratización y corrupción en la dirigencia, y otros aspectos similares. Sin embargo, no se estudian causas más profundas que hay que abordar como: las deficiencias teóricas existentes en el movimiento revolucionario; las limitaciones estructurales de las clases populares y de sus procesos organizativos; la incapacidad de frenar y superar el caudillismo que explica la inexistencia de una dirigencia colectiva y formada; el “enamoramiento” del Estado heredado y las dificultades para construir “poder popular desde abajo”; y otros aspectos de ese tenor que deben ser examinados sin esperar encontrar las “condiciones ideales” para actuar.

Todo proceso de cambio exige repeticiones sucesivas. El error debe ser corregido sobre la marcha. La crítica y la autocrítica son fundamentales para poder avanzar. Los que se apegan al pasado serán rebasados por lo nuevo. “La revolución dentro de la revolución” nos conecta con el movimiento de la vida. Claro, hay quienes limitan la “revolución” al entorno de las direcciones burocráticas aisladas de la gente, y, por ello, se auto-derrotan.

Conclusión

Salir de la mirada dicotómica y dogmática es imprescindible para aprender y avanzar. El dilema no es guerra o no-guerra; intervención directa o indirecta; no es USA contra Rusia y China; ni Occidente vs. Oriente; ni nada parecido. Aunque esa sea la idea que nos quieran hacer creer. La verdadera confrontación es el juego global en donde las víctimas son los trabajadores y los pueblos, sean de donde sean,  blancos, negros, mestizos o amarillos; hombres o mujeres; del sur o del norte. En el análisis geopolítico tradicional (lineal, no-complejo) eso no se entiende, se reacciona como marioneta y en fin... La gran mayoría de la izquierda tiene como base ese tipo de análisis y reaccionamos como ratón de laboratorio. Es un problema a resolver. 

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado




[1] Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), China, el gigante asiático es hoy el segundo socio comercial de América Latina, con una participación del 13,7 por ciento del comercio exterior de la región el pasado año (2015). El comercio con cuatro países −Brasil, Chile, Colombia y Perú− constituyó en este marco la mitad del volumen total, que asciende ya a 263.000 millones de dólares (más de veinte veces más que hace 15 años). CEPAL-Naciones Unidas (2016) “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe”. 

viernes, 16 de junio de 2017

IR MÁS ALLÁ DE LOS ACUERDOS DE LA HABANA

IR MÁS ALLÁ DE LOS ACUERDOS DE LA HABANA
Popayán, 16 de junio de 2016
Para consolidar la paz hay que ir mucho más allá de los acuerdos de La Habana.
Hay que plantear propuestas que sean garantía de que el cumplimiento de los acuerdos no se quede en el papel o se conviertan en "paños de agua tibia".
Por ello, hay que impulsar iniciativas que entusiasmen a toda la población que no se siente incluida en esos acuerdos.
Ellas son (entre otras):
- Derrotar la corrupción político-administrativa (control social desde abajo, veedurías populares, sanción moral efectiva, recuperación de los recursos robados).
- Recuperar y desarrollar el aparato productivo (asociación de los pequeños y medianos productores para procesar nuestras materias primas y cambiar el modelo productivo con tecnologías de punta adaptadas a nuestras condiciones para garantizar la generación de empleo digno).
- Defensa integral de nuestra biodiversidad natural (organización social para transformar la matriz extractivista en favor de la naturaleza y las comunidades).
- Convertir los servicios de salud y de educación en ejes de desarrollo social (calidad, universalidad, cultura preventiva, nutrición, deporte, etc., superando el asistencialismo paternalista).
Sólo así cambiaremos a Colombia y derrotaremos a Uribe y a Vargas LLeras.
E-mail: ferdorado@gmail.com - Twitter: @ferdorado

martes, 13 de junio de 2017

¿ESTÁ EN CRISIS EL ANÁLISIS GEOPOLÍTICO TRADICIONAL?

¿ESTÁ EN CRISIS EL ANÁLISIS GEOPOLÍTICO TRADICIONAL?

Popayán, 13 de junio de 2017 

“A veces no es cuestión de tener ideas nuevas, sino de dejar de tener ideas antiguas”.

Edwin H. Land

Quienes construyen sus análisis con enfoques eminentemente geopolíticos, hasta antes de que apareciera Trump, la tenían relativamente fácil. Podían sentirse seguros en un mundo “ordenado” en bloques. El gobierno de los EE.UU. lideraba la coalición de la OTAN, estaba a la cabeza del bloque “occidental” (USA, Europa-Japón, Israel y Australia), que se enfrentaba al bloque en construcción de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), liderado por Putin y Xi Jinping, y todo lo demás giraba en torno de esos dos ejes. La “primavera árabe”, según esa explicación, había sido un complot occidental para reemplazar a viejos enemigos como Mubarack y Gadafi, que a pesar de ser nuevos aliados debían ser derrocados para impedir que las rebeliones populares que se incubaban por efecto de sus gobiernos represivos, pudieran devenir en procesos democráticos que desestabilizaran la región.

Hasta allí la teoría –más o menos– explicaba esa realidad. La teoría de la existencia de un imperio global, sustentado en los intereses de una burguesía financiera transnacional, sin patria y sin lealtades nacionalistas, no tenía ninguna cabida, así hubiera sucedido un hecho que contradecía el análisis geopolítico predominante, como fue la intervención “humanitaria” de la OTAN en Libia, que aunque no contó con la aprobación formal de Rusia y China, no fue cuestionada ni vetada en ningún momento por esas potencias. Una fisura surgió entonces en la teoría geopolítica en boga, pero sus ideólogos voltearon a mirar para otro lado.

Sin embargo, para esos teóricos el gran problema siempre ha sido el complejo mundo islámico. El movimiento “supra-nacional” que lidera la Hermandad Musulmana y los múltiples grupos y tendencias islámicas que se incuban dentro y fuera de esa corriente político-cultural panárabe, no puede ser entendido ni por aquellos que desde afuera se han alineado con las potencias occidentales desde su colonización moderna (cuyo objetivo siempre ha sido monopolizar el petróleo y el gas que existe en toda la región), ni por aquellos que se encuadraron con los intereses geopolíticos de la URSS, en medio de las guerras mundiales pero, sobre todo, después de 1945.

En sus análisis imaginarios –tanto los imperialistas occidentales como los “socialistas” orientales– tenían que cuadrar (y casi siempre ocultar, camuflar, adobar) sus propuestas ideológicas de “democracia y libertad”, por un lado, y de “autonomía y solidaridad”, por el otro, con realidades de gobiernos autócratas, reaccionarios, conservadores, patriarcales, racistas y tribales, y con movimientos de resistencia que no podían ser enmarcados, entendidos o asimilados por visiones y lecturas construidas por fuera de la historia y la realidad árabe, otomana, persa, meda, palestina, marroquí, tunecina, egipcia, siria, etc., y por las divisiones étnico-tribal-culturales de suníes y chiíes, y de las múltiples y complejas variantes que fueron surgiendo a lo largo de siglos de confrontación de intereses de élites y cúpulas de poder que construyeron alianzas y tradiciones centenarias.   

Hasta hace poco tiempo, la mayoría de analistas explicaban las diferencias, los conflictos y los diversos alineamientos políticos tanto dentro de cada “nación” (muchas de ellas creadas artificialmente en diversas reparticiones que realizó el imperio inglés y francés, y después el estadounidense y la misma Unión Soviética) como a nivel regional e internacional, y las contradicciones –muchas de ellas agudas y violentas– entre los diversos pueblos musulmanes, como simples confrontaciones entre suníes y chiíes, entre conservadores y reformadores, entre laicos y religiosos, etc., pero esas explicaciones nunca cuadraban del todo. Tanto los políticos de los imperios occidentales como de los países “socialistas” se hacían ilusiones con las fracciones laicas que aparecían entre algunos partidos políticos “nacionalistas” pero, éstos no dejaban de ser fenómenos pasajeros que no iban más allá de la “nata” de las elites.   

Lo que hoy sucede –que muchos quieren adjudicárselo a Trump– es mucho más inexplicable para quienes ven el mundo árabe-persa-egipcio-etc. y musulmán con ojos “occidentales” u “orientales” (estadounidenses, europeos, rusos, chinos, que cada vez se unifican con base en la mirada homogeneizante del capital financiero y mafioso internacional). Que hoy se estén formando nuevos alineamientos dentro de los pueblos árabes, que Qatar (de mayoría suni y wahabita como Arabia Saudí) sea empujada hacia una alianza con Irán y Turquía; que otros países árabes liderados por la monarquía Saud se alíen para –supuestamente– atacar y derrotar al terrorismo islámico (Daesh, al-Qaeda, etc.) y a la hermandad musulmana; y que EE.UU. y el Reino Unido (e Israel) no coincidan en esos nuevos alineamientos; no puede ser explicado con la antigua y obsoleta teoría de la geopolítica imperial.

Se requiere un nuevo enfoque que comprenda que el gran capital financiero ya actúa por encima de lealtades geopolíticas y que explique el “desorden” actual. Una nueva repartición del mundo está en pleno desarrollo y es urgente entender su devenir. Lo que sucede en Venezuela y América Latina no está muy lejos de lo que ocurre en el Cercano y Medio Oriente y el Norte de África. ¿Los “nuevos nacionalismos imperiales” (Trump, Brexit, etc.) ya no necesitan que existan Estados nacionales en el mundo periférico y dependiente? ¿Una nueva globalización está en desarrollo? ¿La crisis económica global que se ha incubado en las últimas décadas exige una “nueva política de despojo” que arrase con la configuración tradicional de amplias regiones como pareciera estar sucediendo en Oriente Medio? ¿La gran burguesía financiera global despedazará –a voluntad y mediante un “acuerdo en las sombras”– a las naciones que posean inmensas riquezas en petróleo y gas (u otras como biodiversidad, sitios turísticos, etc.) para despojarlas con mayor facilidad de sus recursos naturales?

Si así fuera, los fundamentos teóricos de la geopolítica tendrían que ser revisados. Lo evidente e innegables es que todo está revuelto y hay que re-pensar y re-leer.


E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado

viernes, 9 de junio de 2017

VENEZUELA ENCUENTRA UNA SALIDA EN LA FISCAL

VENEZUELA ENCUENTRA UNA SALIDA EN LA FISCAL 

Popayán (Colombia), 9 de junio de 2017

Cuando figuras tan representativas y respetadas en Venezuela como los Dudamel (Gustavo, director musical de la orquesta sinfónica “Simón Bolívar” y Rafael, técnico de la selección nacional juvenil de fútbol que hoy triunfa en Corea), le piden con urgencia y sincero sentimiento al presidente Maduro que rectifique su política actual frente a las manifestaciones opositoras, la mirada sobre lo que ocurre en ese país tiene que ser revisada o reafirmada, dependiendo de cuál sea la opinión que uno se haya formado en los últimos años.

Pero que la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, chavista de pura cepa, solicite a la Sala Electoral del TSJ que anule la convocatoria de Asamblea Nacional Constituyente y llame a todos los ciudadanos a oponerse a esa salida política que planteó el presidente Maduro, uno siente que las cosas pasaron de castaño a oscuro. Y, mucho más cuando impugna la designación de los magistrados que hizo el Parlamento el 23 de diciembre de 2015 exigiendo su desincorporación de ese estamento judicial. La acción de la Fiscal General es una verdadera rebelión que le otorga legitimidad y cierta legalidad jurídica a la protesta que desde hace más de dos (2) meses se lleva a cabo en Venezuela.

Lo más importante es que la Fiscal se ha convertido en un verdadero referente para el conjunto del pueblo venezolano. Lo que creíamos que iba a cumplir un sector del ejército patriota, lo está liderando ella con valentía y prestancia. Su acción es oportuna y de gran trascendencia. Reta de frente al gobierno y al mismo régimen pero lo hace desde el campo chavista y bolivariano. Y muy al estilo del presidente Chávez, enarbola el librito azul de la Constitución para sustentar su llamado al pueblo.

Quienes creen que toda crítica al gobierno de Maduro sirve para reforzar a la oposición derechista y golpista de la MUD, no podían imaginar –con su visión dual y dicotómica– que podría surgir, desde el interior de las fuerzas chavistas una mujer valerosa y honesta que representa a un pueblo inconforme dispuesto a defender los avances de la revolución democrática que encabezó Chávez. Esa revolución no consiste solo en redistribuir la renta petrolera sino, principalmente, en garantizar el protagonismo del pueblo en su propia tarea transformadora. Es el principal objetivo que el histórico líder bolivariano reivindicó como el aspecto central del proceso de cambio. “Confianza en las masas” diría el viejo Mao.

Solo falta que los verdaderos demócratas venezolanos, chavistas o no, se unifiquen para impedir que los extremos, representados en los golpistas de derecha y de “izquierda”, sigan imponiendo la dinámica de polarización para ocultar sus oscuros intereses que camuflan con la confrontación de cúpulas. Unos, los más reaccionarios golpistas de la MUD defendiendo una supuesta “democracia” que no pueden ni siquiera imaginar, y los otros, los falsos chavistas, que no se convencen ni ellos mismo con su retórica “bolivariana” y “socialista” .

La tarea inmediata es juntar con vigor y entusiasmo a los demócratas. Construir una “alternativa ciudadana” verdaderamente democrática, que esté dispuesta a rectificar incluso los errores que haya podido cometer el presidente Chávez, y que coloque por delante la unificación de los venezolanos y la búsqueda de un camino paciente y estratégico para superar el rentismo petrolero y garantizarle un bienestar cierto a las mayorías venezolanas, sin demagogias populistas ni asistencialismos paternalistas.

El grueso del pueblo trabajador apoyará ese camino. Sólo se necesita la unión de los demócratas “post-chavistas”, vengan de donde vengan.  


E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado              

martes, 6 de junio de 2017

EL GOBIERNO DE SANTOS RASPA LA OLLA... Y MIENTE

El gobierno de Santos raspa la olla... y miente

Popayán, 6 de junio de 2017

El gobierno miente

El Estado colombiano está en graves problemas fiscales y presupuestales por:

- La aplicación de un modelo de desarrollo que hizo crisis (locomotora minera) y ahora le echan la culpa a la caída de los precios internacionales del petróleo.(http://bit.ly/2scUnF3)

- La corrupción que se roba más de 50 billones de pesos anualmente. (http://bit.ly/2qBBHdW)

- En la coyuntura, invirtieron lo poco que tenían en financiar la campaña de Vargas Lleras (todo se lo metieron a infraestructura, carreteras y vivienda). (http://bit.ly/1xLOV8N)

Santos oculta esa realidad, no quiere reconocerlo y miente a través del Minhacienda Mauricio Cárdenas.

Indicadores y ejemplos

A cuenta gotas financiaron los campamentos para la guerrilla desmovilizada, en medio de la inepta burocracia y la corrupción administrativa. (http://bit.ly/2kVJlfG)

El gobierno no ha querido decretar el aumento salarial de los trabajadores del Estado, inventa excusas y culpa a las centrales sindicales (http://bit.ly/2sIZGIW).

No cuenta con recursos para cumplir los acuerdos con el Magisterio (http://bit.ly/2qjAjiB9)

Para poder cumplir los acuerdos que el pueblo de Buenaventura le impuso con el Paro Cìvico, tiene que acudir a un crédito de deuda externa de 78 millones de dólares (http://bit.ly/2rx3NKc)

Conclusión

La tarea central es sacar del gobierno central (Presidencia de la República y ministerios) a todos los corruptos (santistas y uribistas).

Pero, lo principal es cambiar el actual modelo de desarrollo que se basa en entregar nuestras riquezas naturales (petróleo, oro, coltán, carbón, biodiversidad, turismo, etc.) al gran capital transnacional y vivir de las migajas y coimas que ellos entregan al Estado (regalías).

Por tanto, la principal propuesta de un verdadero "movimiento ciudadano" que aspire a gobernar a Colombia es la de recuperar el aparato productivo con base en la organización asociativa, colaborativa y empresarial de los pequeños y medianos productores (urbanos y rurales), para procesar nuestras materias primas, desarrollar una economía moderna, con tecnología de avanzada y planificada con autonomía, que genere empleo digno y formal para millones de trabajadores y cientos de miles de profesionales desempleados o precariados.

E-mail: ferdorado@gmail.com / Twitter: @ferdorado